lunes, 30 de noviembre de 2009

60 años de la visita de Caro Baroja

Hoy 30 de noviembre se conmemora la visita que Julio Caro Baroja (historiador, antropólogo, etnógrafo y sobrino del famoso escritor Pío Baroja) hiciera a Rociana en 1949. Sus vivencias y los datos que le aportaron sobre temas tan diversos como la gastronomía, arquitectura, agricultura o fiestas del municipio aparecen en su libro De Etnología Andaluza.

Es curiosa la gran cantidad de costumbres que había en aquella época a la hora de festejar. Siempre he dicho que no nos podemos quejar de falta de fiestas, pero en aquel entonces con menos recursos que ahora y de una forma más sencilla tampoco lo podían hacer.

De entre esas costumbres las que más me llaman la atención son aquellas que ya se han perdido como esos campanilleros que salían cantando villancicos en navidad pidiendo el aguinaldo o calentados al calor de la hoguera del “tuero” o gran tronco. La costumbre de hacer canastitos para reyes o el famoso carnaval de la época.

Mientras que hoy en día la existencia de carnavales en el pueblo se limita a un pasacalles para los más pequeños, antes salía la gente disfrazada, se jugaba al tiesto, al toro y a la rueda y la costumbre de los jeringazos y por supuesto el domingo de piñata.

Pero además antes de carnaval había una serie de jueves que se celebraban como el “jueves Landero” en que se festejaban mutuamente los casados, haciendo un guiso y comiendo castañas "pelás" y arroz con leche. El "jueves de comadres y de compadres", donde mediante papeletas se elegían entre las amistades los compadres y comadres o el "jueves de los chiquillos", en que estos son obsequiados y se obsequian entre sí.

Los quintos celebraban el día de la Candelaria o de la Candelera. Se hacían los columpios por San Sebastián. La costumbre de estrenar ropa el día del Patriarca San José. O la costumbre de quemar muñecos hechos con trapos la noche de San Juan.

Sin embargo hay otras fiestas que aunque no iguales sí se mantienen todavía como nuestras tradicionales cruces de mayo, en aquella época colocadas en casa de los vecinos e iluminadas las calles con antorchas de brea. La velada de San Bartolomé que dio lugar a la Feria o la velada de la Virgen del Socorro hoy únicamente celebrado el día 8 con una procesión. Ya existía la costumbre de comer uvas para Fin de año o ir al campo a almorzar el día de Año Nuevo. La merienda el día de San Sebastián lo celebramos con la Tostá, el domingo próximo a su efeméride. Esa “Via Sacra” del Jueves Santo hoy se conoce como Via Crucis y lo hacemos el viernes Dolores al Calvario y el miércoles Santo con la imagen del Cautivo y el domingo de Resurrección apaleábamos al Judas en el Calvario. La Romería del Rocío que tanto ha cambiado desde aquel 1949 y por supuesto la que quizás sea la única fiesta que se conserva tal cual: la quema de las Gamonitas. Por aquel entonces como hoy, la costumbre es quemar las gamonitas recogidas del campo al repique de campanas una vez finalizada la misa del día 7 de diciembre.

jueves, 26 de noviembre de 2009

Como va noviembre

Se nos va noviembre y se nos va como ha venido, con tiempo seco y apacible pese a que estos días asoman nubes al cielo. Es curioso como cada época tiene su tiempo. Nos llevamos todo el final del invierno deseando que llegue el buen tiempo y el calorcito y ahora solo nos apetece una buena ola fría, pero que nos pille en casa calentitos.

Pero noviembre es la antesala a ese mes de invierno por excelencia que es diciembre. Ya se ven los adornos navideños en las ciudades y en los comercios y aunque por la temperatura que hace nos resulta chocante, no dejamos de estar próximos a esa fecha. Ya es hora de que vayamos buscando las cajas donde guardamos las figuras del belén o los adornos del árbol de navidad. Es buen momento para ir pensado que regalos de reyes debemos de ir adquiriendo.

En pocos días tendremos en Rociana la quema de las Gamonitas, como digo yo “la apertura oficial de las navidades”. Los chavales comenzarán a montar sus garitos para pasar las navidades y además este año se vestirán las calles como cada 10 años para recibir a nuestra Patrona la Virgen del Socorro. No se como andarán los preparativos por ellas, pues a la parte de la calle donde vivo ni le toca anualmente ni le toca cada 10 años. Dicen que la cosa va a estar más tranquila con esto de la famosa crisis, pero bueno cuando llegue el momento se verá, tampoco creo que sea para tanto. Pues si una vez al año no hace daño, ¿qué puede hacer cada 10?

viernes, 13 de noviembre de 2009

Curso del 63 en Rociana

Hace unos días terminaba Curso del 63, un reality-show de antena 3 en el que un grupo de jóvenes (mayores de edad) de hoy conviven bajo los valores culturales y normas educacionales propias de los años 60. De ahí mi curiosidad por conocer como fue ese curso del 63 en nuestro pueblo Rociana, época por la que entonces estudiaban mis padres y tíos.

Por aquel entonces existían varios centros en el pueblo:
- Ermita de San Bartolomé: colegio con una sola aula para niños y un patio a la derecha del edifico que servía de recreo. Era de los centros más antiguos.
- Colegios de la Fuente Nueva (San Sebastián): lo formaba una antigua nave con techos de palos, en la que había 4 aulas y era para niños
- Colegio de los Portales: escuela mixta, pero como todos los de la época separados por completo. Un edificio era para los niños y otro para las niñas, cada uno con tres aulas y dos patios para cada centro. Ni siquiera estaban comunicadas las ventanas de las aulas de los niños con el patio de las niñas y viceversa.
- Colegio del Parque: colegio de niñas situado en el actual centro médico. Se accedía por la puerta actual que comunicaba con un patio y en cada esquina del edificio un aula (en total 4).
- Colegio del Barrillo: colegio mixto, localizado en la parte baja del recinto ferial. Era también de los más antiguos y fue poco usado. Algunas de las viviendas que ser construyeron para los maestros ni siquiera fueron estrenadas.
La jornada para un pequeño de la época comenzaba a las 9 de mañana y se desarrollaba hasta la 1 de la tarde, para hacer una pausa y volver por la tarde de 3 a 5 de lunes a viernes y jornada matinal el sábado, cuyo día debían de rezar el rosario las niñas. Mientras que ellos acudían con ropa de calle, ellas vestían babi blanco con lazo al cuello azul.

En sus primeras lecciones, escribían lo aprendido en la cartilla usando la pizarra y el pizarrín. Cuando sabían escribir, utilizaban las libretas de dos o una raya con el lápiz, la pluma y el tintero, la estilográfica o los primeros bolis Bic. Los libros utilizados eran los de Álvarez y posteriormente la Enciclopedia escolar Hijos de Santiago Rodríguez Burgos, cuyas lecciones se daban un año y al siguiente se volvía a repasar. Se daba 1 ó 2 asignaturas al día, algunas debían de venir estudiadas de casa. Se completaba las actividades con copiados, dictados o redacciones.

No había como hoy actividades escolares o excursiones pero sí mucho respecto por el maestro. Cuando alguien entraba en clase, todos los alumnos se levantaban y saludaban.

Costumbre de esa época es que había que encenderle al maestro o maestra su copa de cisco para que no pasaran frío, mientras que los alumnos no tenían ningún tipo de calefacción. Otra tarea que había que realizar era la de ayudar a preparar la olla de leche en polvo que a excepción de los que tuvieran un justificante médico todos debían de beber. Algunos para poder bebérselo mejor recurrían al azúcar o Cola Cao que se traían de su casa o esperar un descuido para dársela a algún compañero que sí le gustara o tirarla por el retrete.

Muchos fueron los maestros que pasaron por los colegios de Rociana. Maestros para los niños y Maestras para las niñas. De los más mayores que había a principio de los 60 estaba Don Segundo, nativo del pueblo. Daba clases en la ermita de San Bartolomé. Por ser mayor era del lema: la letra con sangre entra. Y los niños que no se sabían sus lecciones eran castigados con reglazos en las manos o en el culo. Cuando no tenía regla de madera una simple vara de olivo servía.

Los castigos de la época eran entonces esos: un reglazo en la mano y si la retiraba dos, un tirón de patillas o bien castigado en un rincón o de rodillas y hasta con los brazos abiertos en cruz sujetando libros. Ya con la venida de maestros más jóvenes eran ya pocos los castigos injustificados que se hacían.

Otro profesor era el bonariego Don Bernardo que cada mañana venía del pueblo vecino en su vespa, con un transistor grande colgado del cuello. Don José Infante, Don Jesús y Don Ricardo, fueron también maestros en Rociana. Por aquellos primeros años de los 60 se incorporaron maestros que se han jubilado recientemente, alguno de ellos maestros míos. Se trata de Don José Velasco, Don Antonio Pedraja o Don Luis Tello.

De maestras estaban Doña Victoria que era la directora del colegio del parque y su aula era la ermita de San Sebastián, tenía además un huerto en el patio del recreo. Otra maestra de las mayores y por tanto de las que más castigaba era Doña Cochita. Esta señora parece ser que no era muy buena maestra, prestaba poca atención en su trabajo y era también del lema: “la letra con sangre entra”.
Otra maestra que estuvo mucho tiempo fue Doña Encarnación o Doña Vicky. De las más jóvenes estaban Doña Angelines y Doña Alicia, hijas de Doña Victoria. Doña Dori, Doña Antonia y Doña Ana Mora o su hermana Antonia la cual tuve la suerte de tener en 3º de EGB, el año de su jubilación.

Así podría ser la imagen de esas escuelas del curso del 63 en nuestro pueblo, que las personas nacidas por los años 50, tuvieron la dicha de conocer.




Fotos: Juan Ramírez y Juan Hernández

jueves, 5 de noviembre de 2009

El fandango V: Valverde del Camino

El principal intérprete fue el Gatillo. Nació en Valverde 1865 y murió en 1929. Este hombre carnicero de profesión, cantaba en el matadero mientras que trabajaba desollando y preparando las carnes de los animales para luego venderla.

En 1982 para aclarar los valverdeños como era su fandango, la peña Flamenca organizó una mesa redonda con las personas más mayores, grabando los cantos de estos que coincidían con los que cantaba el Gatillo

De Valverde un Fandanguillo,
A un viejo yo le canté,
No se pudo contener,
Lloraba como un chiquillo
Recordando el tiempo aquel.