Hace 50 años, lanzaba manos Unidas su primera campaña bajo el lema: “Declaramos la guerra al hambre”. Cincuenta años después, Manos Unidas sigue manteniendo la misma esperanza de que el mundo pueda verse libre, por fin, de la más terrible lacra, el hambre.
Algunas cosas han cambiado: hay más conciencia de lo que pasa en el mundo, más sentido de la responsabilidad y más preocupación por crear un futuro mejor. Hay otras cosas que, no sólo no han avanzado, sino que han ido a peor. Hay más hambrientos que hace algunos años, 923 millones según el último informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). También ha aumentado la brecha entre pobres y ricos en muchos lugares de la tierra, lo que provoca una violencia latente y el crecimiento de las migraciones forzosas, en condiciones de gran riesgo para las personas.
Manos Unidas aboga por un desarrollo en el que las personas sean protagonistas de su propio crecimiento. Algunas veces, no se ha conseguido romper el círculo terrible de la pobreza que condena a vivir miserablemente a tantos millones de hermanos y hermanas nuestros. Manos Unidas ha centrado su trabajo en colaborar para mejorar las condiciones de vida, conseguir que esas personas puedan avanzar en sus comunidades, de modo que protagonicen un cambio para toda la sociedad. La pobreza no es un azar inevitable. Depende de nosotros el que las cosas puedan suceder de otra manera.
Nuestros gobiernos y los que administran los pueblos del Sur tienen que ser conmovidos y movidos por nuestras propuestas. Si todos pedimos los cambios y estamos dispuestos a cambiar también nosotros, con un consumo más sostenible y solidario y un modo de vida más austero y responsable, seguro que conseguiremos un presente y un futuro distintos y mejores para todos.
Este sigue siendo el compromiso de Manos Unidas: “Combatir el hambre, proyecto de todos”.
El próximo viernes 6 de febrero (Día del ayuno voluntario) a las 18:00 en los salones parroquiales charla de Mª Jesús Arija Garcia,“Entre todos/as, podemos” y el domingo 7 Eucaristía de Manos Unidas, para más información visitar el blog de Manos Unidas de Rociana
Algunas cosas han cambiado: hay más conciencia de lo que pasa en el mundo, más sentido de la responsabilidad y más preocupación por crear un futuro mejor. Hay otras cosas que, no sólo no han avanzado, sino que han ido a peor. Hay más hambrientos que hace algunos años, 923 millones según el último informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). También ha aumentado la brecha entre pobres y ricos en muchos lugares de la tierra, lo que provoca una violencia latente y el crecimiento de las migraciones forzosas, en condiciones de gran riesgo para las personas.
Manos Unidas aboga por un desarrollo en el que las personas sean protagonistas de su propio crecimiento. Algunas veces, no se ha conseguido romper el círculo terrible de la pobreza que condena a vivir miserablemente a tantos millones de hermanos y hermanas nuestros. Manos Unidas ha centrado su trabajo en colaborar para mejorar las condiciones de vida, conseguir que esas personas puedan avanzar en sus comunidades, de modo que protagonicen un cambio para toda la sociedad. La pobreza no es un azar inevitable. Depende de nosotros el que las cosas puedan suceder de otra manera.
Nuestros gobiernos y los que administran los pueblos del Sur tienen que ser conmovidos y movidos por nuestras propuestas. Si todos pedimos los cambios y estamos dispuestos a cambiar también nosotros, con un consumo más sostenible y solidario y un modo de vida más austero y responsable, seguro que conseguiremos un presente y un futuro distintos y mejores para todos.
Este sigue siendo el compromiso de Manos Unidas: “Combatir el hambre, proyecto de todos”.
El próximo viernes 6 de febrero (Día del ayuno voluntario) a las 18:00 en los salones parroquiales charla de Mª Jesús Arija Garcia,“Entre todos/as, podemos” y el domingo 7 Eucaristía de Manos Unidas, para más información visitar el blog de Manos Unidas de Rociana
1 comentario:
Es verdad, hay que acordarse de las personas que desafortunadamente no han tenido tanta suerte como nosotros y ayudarles, es nuestra obligación
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